¿Cómo se administra la inmunoterapia para el cáncer de vejiga?
La inmunoterapia puede administrarse de dos maneras:
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Terapia intravesical
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Terapia sistémica
Terapia intravesical
La forma más frecuente de administrar inmunoterapia para el cáncer de vejiga es de manera intravesical. Es decir que los medicamentos se introducen directamente en la vejiga (no van al resto del cuerpo).
Los casos de cáncer de vejiga de estadio inicial suelen tratarse con inmunoterapia. Estos tipos de cáncer son pequeños y se encuentran solo en el revestimiento de la vejiga. No se propagaron a capas más profundas de la pared de la vejiga. Uno de los medicamentos usados es el BCG (bacilo de Calmette-Guérin). Se coloca en la vejiga a través de un catéter que se introduce en la uretra. El sistema inmunitario responde al BCG y ataca y destruye las células cancerosas de la vejiga.
El tratamiento con BCG pueden hacerse en el consultorio del proveedor de atención médica o en una clínica de atención ambulatoria. Podrá volver a su casa ese mismo día. La mayoría de las personas reciben tratamientos semanales durante 6 semanas al principio. Y pueden repetirse si es necesario. Luego, se hacen tratamientos de seguimiento durante los siguientes 1 a 3 años. Los esquemas de tratamiento de seguimiento varían mucho. Por ejemplo, puede recibir un tratamiento durante 3 semanas seguidas cada 3 meses o puede hacerse 2 veces al año. Estos tratamientos se conocen como tratamientos de mantenimiento con BCG. Evitan que el cáncer reaparezca. El proveedor de atención médica hablará con usted acerca del plan más adecuado según su caso y cómo responde al tratamiento.
Otro de los medicamentos que se usan es el nadofaragene firadenovec. Este medicamento contiene un virus que tiene un gen que produce el interferón alfa 2b. Cuando se coloca en la vejiga, puede liberar este gen en las células de la pared de la vejiga. Las células empiezan a producir más interferón alfa 2b, por lo que el sistema inmunitario del cuerpo ataca las células cancerosas.
La inmunoterapia sistemática
Se trata de un medicamento de inmunoterapia que se introduce en la sangre a través de una vena (por vía intravenosa). Así, el medicamento recorre todo el cuerpo. Es por eso que se usa para tratar el cáncer que se propaga fuera de la vejiga.
Algunos de los medicamentos de inmunoterapia para el cáncer de vejiga son los siguientes:
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Avelumab
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Nivolumab
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Pembrolizumab
Con estos medicamentos se atacan determinadas proteínas que no permiten que el sistema inmunitario destruya las células cancerosas. Cuando se obstruyen estas proteínas, el sistema inmunitario es capaz de detener el crecimiento del tumor, de hacer que crezca a un ritmo más lento o de destruir las células cancerosas.
La inmunoterapia sistémica suele administrarse una vez a la semana cada varias semanas. El esquema depende de los medicamentos que se usen. Puede acudir al consultorio del proveedor o a una clínica de atención ambulatoria. No tendrá que permanecer en el hospital para recibir el tratamiento.
Los conjugados de anticuerpos y medicamentos (ADC, por su sigla en inglés) son otro tipo de inmunoterapia. Son anticuerpos monoclonales unidos a los medicamentos de la quimioterapia. Una vez que están dentro del cuerpo, la parte de anticuerpo monoclonal actúa como un dispositivo de búsqueda y lleva el medicamento de quimioterapia directo a las células cancerosas. La enfortumab vedotina y el sacituzumab govitecán son dos tipos de ADC.
¿Cuáles son los efectos secundarios más comunes de la inmunoterapia?
Los efectos secundarios dependen del modo en que recibe la inmunoterapia y de los medicamentos que se usen.
Los efectos secundarios de la inmunoterapia intravesical pueden incluir lo siguiente:
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Dolor o ardor leves en la vejiga
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Necesidad de orinar con frecuencia
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Dolor al orinar
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Orina con sangre o incluso con coágulos de sangre
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Síntomas parecidos a los de la gripe, por ejemplo, escalofríos, cansancio intenso (fatiga) dolor y fiebre
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Infección grave si el BCG se propaga por el cuerpo. Es poco frecuente, pero incluso puede ocurrir muchos años después.
Estos efectos secundarios suelen desaparecer unos días después del tratamiento. Pero asegúrese de saber a qué debe prestar atención y cuándo debe llamar al proveedor de atención médica.
Según el tipo de medicamento que use, los efectos secundarios de la inmunoterapia sistemática pueden incluir lo siguiente:
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Cambios en la piel, como sarpullido con picazón, enrojecimiento, ampollas, grietas y sequedad
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Fatiga
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Tos
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Pérdida del apetito
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Náuseas
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Diarrea
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Estreñimiento
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Infecciones de las vías urinarias (ITU)
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Neuropatía periférica
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Cambios en la percepción de los sabores
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Reacción alérgica
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Nivel alto de azúcar en la sangre
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Recuento bajo de glóbulos
La mayoría de estos efectos secundarios se pueden tratar y algunos incluso se pueden prevenir. Hable con el equipo de tratamiento para saber lo que puede hacer a fin de controlar los efectos secundarios. Asegúrese de saber qué efectos secundarios debe informarle al proveedor de atención médica de inmediato. La mayoría desaparece al finalizar el tratamiento, pero algunos pueden convertirse en problemas a largo plazo.
Colabore con el proveedor de atención médica
Hable con los proveedores de atención médica sobre los efectos secundarios a los que debe prestar atención y cuándo debe llamar. Por ejemplo, es normal tener un poco de fiebre después de la inmunoterapia. Pero si tiene fiebre alta u otros síntomas que duren más de unos días, llame al proveedor de atención médica. La fiebre puede ser un signo de infección. Asegúrese de saber a qué teléfono llamar si tiene preguntas o problemas. ¿Hay una línea telefónica diferente para llamar durante la noche, los fines de semana y los días festivos?
Puede ser útil llevar un registro de sus efectos secundarios. Escriba cualquier cambio físico, de razonamiento y emocional que tenga. Tener una lista por escrito hará que le resulte más fácil recordar las preguntas cuando concurra a las citas. También les facilitará a usted y a su equipo de atención médica colaborar en el armado de un plan para controlar los efectos secundarios.